CHITO ZEBALLOS

LA ESPERADA VOZ DE LA RIOJA
Era un curioso e inexplicable fenómeno:

La Rioja no había elaborado todavía su propia voz. Esa provincia llena de plasticidad y ángel, rica en tradiciones musicales y suscitantes temas, la tierra de la chaya y los jocundos carnavales, la del inmemorial Tincunaco y las fiestas patronales alegremente paganas, no tenía hoy quien la expresara.Sin embargo, La Rioja es, por definición, la provincia cantora.




Tal vez sólo Santiago del Estero podría igualarla en su vasta y antigua capacidad para crear y cantar. Lo dijo Adán Quiroga, lo afirmó Joaquín V. González, lo cuentan los memorialistas de hace un siglo.Es que todo en La Rioja está dispuesto para alzar la voz entera: desde la rítmica tonada esdrújula hasta la pausada dignidad de su gente, desde la diáfana sonoridad de su clima hasta el puro ancestro español que nutre sus siglos. !Y cómo no! A Facundo, los unitarios de su pago lo peleaban con vidalas. El Chacho y sus épicas cabalgatas anduvieron contadas en coplas mucho antes que en libros. A Felipe Varela lo vencieron en Vargas al compás de una zamba. y una revolución local triunfó allá -no hace mucho- conjugando los balazos con las canciones alusivas.

¿Podía estar muda, esta Rioja musical de mis entrañas? ¿Podía esta provincia colorida y hechizada quedarse sin una expresión vocal como las que hoy definen el alma de Salta, de Santiago, de Corrientes?Digo que no. Porque ahora tenemos a Chito Zeballos. No afirmo que este chileciteño oscuro y espigado sea el dueño de la única voz de La Rioja. Sólo digo que la suya es una esperada voz. Hay que oírle cantar "La Peñaloza" o recitar "Elegía a la Victoria Romero" o la clásica y dulcísima "Vidalita de González" (con todo el respeto que exige el ilustre nombre de su autor) para comprobarlo. Si se lo escucha como se debe, fácil será advertir todo lo que hay detrás de Chito Zeballos. Pues este disco es una ventana abierta al paisaje y al espíritu de ese pueblo al que ya Sarmiento le adivinaba perfiles bíblicos.

En Chito Zeballos late el pulso mineral de esta tierra que se macera bajo el sol para dar solamente los frutos más nobles: elvino, por ejemplo, que alegra el tiempo de los hombres; el olivo ritual que consagra, encomienda y da las bienvenidas; los metales suntuosos, el oro, la plata. Y los varones impares, como aquellos que hacían temblar el país bajo
sus bárbaros galopes. . .
En las grabaciones de Chito Zeballos participaban músicos como: Domingo Cura, Remberto Narvaez, Daniel Barrera, Agustín Gómez, Kelo Palacios, Hugo Díaz etntre otros, por lo menos entre 1965 y 1968 mientras estuvo junto a Luis Amaya y tambien participó en la gira Europea de La MisaCriolla año 1967 que fue entregada al papa.Ver más
De: Soy Chayero